viernes, 18 de diciembre de 2015

Estrellas fugaces

Como un fantasma recogí los pasos que anduve con tu alma. No fue difícil hacerlo, se encendían como luciérnagas en el camino.

Confieso que he pensado seriamente en irlos apagando, uno a uno, humedeciendo mis dedos con saliva, pues no vaya a ser que, una vez instalado en mi nuevo destino, se les ocurra volver corriendo hasta tu casa.


Más por esta noche los dejaré que recorran mi habitación a oscuras, para que pisen los libros, trepen por las paredes, se sitúen en mi pequeño cielorraso y, desde allí, comiencen a desprenderse como estrellas fugaces, mientras yo observo, tendido en la cama, cómo mi vida se va iluminando con tu recuerdo.

Del libro Samai de Pedro Ortiz
P.H.: Lincoln Harrison