Le hacía falta música a esta casa,
le hacían falta cuarzos como abrazos.
Le hacían falta sonrisas del Caquetá,
y tus ojos para amar.
Le hacía falta una ruta pa volar,
una excusa para jugar.
Una promesa que cuidar,
y tu vientre para estar.
Le hacían falta semillas a esta casa,
tus senos perfectos al alba,
tu hamaca, tu almohada, tu falda.
Un te quiero siempre,
para colgar en la ventana.
Le hacía falta tu voz esperada,
el arte de tus manos en la entrada.
Tu esperanza acostumbrada,
dos niños en la sala.
Y un poema,
para no ser olvidada.
Pedro Ortiz
Felicidades...que las palabras sean hechos!
ResponderEliminarMuchas gracias, Amarilla. Que así sea, que las palabras se materialicen en los mundos que nombran. Por ejemplo, que si digo te abrazo desde el Sur. Puedas tú sentir mi calor, y viceversa.
EliminarBello...!
ResponderEliminarUn abrazo...!