sábado, 5 de mayo de 2018

Silencio de duendes





Habitas la montaña,
el silencio de duendes y otros seres te delata.
Supongo que ahora bailas,
por la luz que despide la cascada.
Un misterio que no me preocupa es cómo llegaste,
lo importante es adivinar tu aroma en el aire.
Gozar la fuerza creativa que despertaste.
Contemplarte el tiempo necesario,
para no olvidarte en ningún tiempo ni espacio.
Y no molestarte, “para que duermas y no te vayas”,
como enseña el trovador errante.
Pero sí dejarte una palabra, como presente,
cerca a tu cama.
Una palabra encendida,
que sea fuegos de artificio cuando la digas,
y que puede ser nina, en inga.
O shinyak, en camentsá.
La condición es que te haga sonreír.
Luego retornar al humo, y a lo profundo de la montaña.
Al mundo, y a la nada.




21 de octubre de 2015
Puerto Guzmán

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