Después del cielo y la envestida del trueno,
estaba usted, siendo la calma, mi calma.
Después de la luna roja, en la noche más bella,
estaba usted, con su sonrisa eclipsando mi poema.
Justo después de las palabras Inti en el Cauca,
anunciándome la luz de abril, estaba usted;
leyenda, profecía, trenzando su cabello con mis sueños,
creando para mí un mundo nuevo,
musicalizando con su luz mis versos,
enseñándome en un beso
que era tiempo de caminar juntos el multiverso.
Juliana, final y comienzo,
que su cabello no suelte mis sueños,
que mi vida vaya por su cuerpo desatando sortilegios,
y que su nombre no cierre un poema,
sin abrir una puerta.
Juliana
de agua.
Juliana
manzana.
Juliana
de magia.
Juliana
Juliana.
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