martes, 13 de marzo de 2018

Taita


Quién sino él
me regalaría un sombrero,
del cual podía extraer un conejo
un sol, una canción.

Quién sino él
me salvaría con loina,
cuando era un niño perdido
que coleccionaba abismos.

Quién sino él
me presentaría otros cielos,
con tan solo la esencia
de una hoja de selva.

Quién sino él
me llevaría por la tierra,
hasta llegar a la poesía.
Impulsándome a vivir,
dándome motivos para escribir.

Quién sino él
me enseñaría un día a desaparecer,
cubriéndome con un sayo,
amparándome de la tormenta,
conjurando un rayo.

A quién sino a él
le debo el volver
siempre al verso,
a la magia, al juego.
A quién sino a él,
le dedico este recuerdo.

1 comentario:

  1. Emociones encarnadas en la mente y el espíritu. Genial, llévanos con tu palabra a saborear la escensia de la olla y el fogón

    ResponderEliminar