Compartir las frutas de diciembre,
hallarles contigo un sabor diferente.
Caminar hasta perderse, a propósito, en el verde.
Tenderse en la hierba, sin dejarle lugar a la tristeza.
Escuchar el río, que pasa por la vereda,
y sentir que nos lleva, a donde canta la tierra.
Contemplar la luna, confiar mis semillas a tus sueños;
y pensar bonito, como enseñaron los antiguos,
para ver al amanecer, cómo la vida
entre tus dedos, tiende a florecer.
Y siempre.. "Pensar bonito"
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