sábado, 4 de julio de 2015

El guerrero y el viento



Que tu camino está trazado por el Sol,
es lo que al viento le escuché decir hoy.
Que en donde cayeron tus lágrimas,
han crecido hierbas mágicas.

Que tejes en las noches, casi siempre,
los signos de tu pueblo.
Que ya no juegas con fuego,
y que llevas una luciérnaga encendida en el cabello.

Que es fácil advertir tu presencia,
porque caminas llenando de música la tierra.
Que te gustan los poemas,
y que te olvidaste del poeta.

Que todo el bosque te cuida,
que todo el bosque te sueña.
Que tu sonrisa se ha iluminado
que la armonía natural has encontrado.

Por aquí corren los días fríos de mayo.
Leímos El Libro Rojo del Putumayo,
todavía no nos hemos recuperado.
Sin embargo, he disfrutado el viento lejano.

Alguien me dijo, a propósito del tiempo,
que una mañana de neblina y trueno
nació un gran guerrero.
Me he tendido a pensar en ese momento,
y en el viento, y en el viento…

Del libro Samai de Pedro Ortiz







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